Antier me sentí como Arquímedes. No por la afición a correr
desnudo por las calles de mi ciudad posterior a una epifanía (aunque confieso
que me gustaría experimentarlo alguna vez en la vida). Más bien por la
iluminación recibida después de un largo periodo de meditación. Pero antes, un
poco de contexto.
Desde que decidí mudarme a Brasil he estado preocupado. No
es para menos. Aunque conozco el idioma y la cultura, eso no quita que habré de
iniciar desde cero. Conseguir empleo, hacerme un nombre en la congregación,
ajustar mis papeles y tener una base afectiva son los puntos a palomear. El
desafío es lo de menos. Pero, como dice Lucas 14:28, es necesario sentarse y calcular los gastos.
He analizado las siguientes posibilidades, con sus puntos a
favor y en contra:
El Forex por sí sólo es una pésima opción, pero como
complemento es altamente eficaz, así que queda aprobada. Sin embargo es
necesario tener algo más sólido, con lo cual pueda comenzar a moverme.
Las opciones marcadas en “no” están fuera de juego, ya que
mi prioridad es el precursorado. Entonces, eso me deja las amarillas.
Dar clases de idiomas, desde que sea en un principio, podría
ser atractivo. Cierto, la paga raya en miserable, pero con el otro complemento
podrá alimentar a un joven soltero de 27 años.
La enseñanza universitaria es algo que me atrae desde hace
algunos años. No me molestaría en lo más mínimo trabajar en esto. Sin embargo,
en vista de que es necesario tener un curso de docencia para poder dar clases en
Brasil, esta opción queda en el aire, y por lo tanto descartada de inicio.
La otra opción –mi favorita- es el periodismo, o más
específicamente el video periodismo, freelance. Tengo toda la flexibilidad del
mundo en horario, la paga es buena y es algo en lo que estoy adquiriendo
experiencia. Además, mi título actual me facilita mucho buscar oportunidades en
esta rama.
Sin embargo, la realidad es que, con un fondo negro, luz
tenue sobre mi cabeza, traje negro, camisa blanca y corbata roja, mientras mi
piel se ve en gris y negro, mirando hacia abajo, debo reconocer que: es
inviable es una ciudad tan pequeña como Blumenau.
Entonces, "¿Dónde está la Eureka?" te preguntarás. Es algo muy
simple. Aunque inicialmente quizás deba mudarme a una ciudad más grande, como
Curitiba, lo cierto es que después de algún tiempo, cuando mi nombre ya esté
posicionado, podré moverme a donde sea.
También hay otra posibilidad. No trabajar en medios
brasileños. Enfocarme en hispanoparlantes únicamente. Quizás anglosajones de vez
en cuando, como Storyhunter. Sea como fuere, es mandatorio salir de mi país con vastos contactos en la industria.
Para poder hacer lo anterior, debo, desde ahora, separar mi
nombre al del Heraldo. Venderme a mi mismo como una marca. Hacer de mí mismo
una empresa de medios, con la particularidad que esa compañía no se llamará
“DLP Media”, “MadDog Productions” o cualquier otro nombre que mi mente pueril
pueda concebir. Simple y sencillamente Arturo de la Peña.
Ahora, un logo, sitio personal con correo vinculado, fan
page en redes sociales y algo de ad Works en Google no me vendría nada mal.
Poner allá afuera lo que yo estoy haciendo, como un producto mío, no como del
periódico para el cual trabajo, es el paso a seguir.
Algunos ejemplos que gente que hace lo que pretendo hacer son
www.maxmorse.com y www.seanleedavies.com. Cabe notar que
no he encontrado a ningún hispano, ¡lo que es genial! La competencia es menor.
Debo destacar que, aún haciendo todo esto, Curitiba de todas
formas siga siendo la mejor opción. No obstante, es tajantemente erróneo tomar
cualquier decisión únicamente considerando el punto de vista material. Soy
precursor y debo ir donde haya oportunidad de servicio espiritual. Obviamente,
en la ya mencionada ciudad, existe esa posibilidad de ensanchar mi labor. Pero
hay otros sitios que requieren de mayor asistencia.
Jehová, como lo ha hecho hasta ahora domingo, me muestra los
pasos a seguir poco a poco. Aún no es momento de tomar una decisión. De
cualquier manera, lo expuesto en los párrafos anteriores debe ser puesto en
marcha sin importar el destino.
Estoy feliz con esta respuesta. Ahora es momento de poner
manos a la obra; ordenar los arquetipos, hacer una lluvia de ideas en papel junto
con un plan de negocios. Cueste lo que cueste, viviré cerca de la chica de mis
sueños. Pero eso es tema de otra entrada.
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