jueves, 14 de febrero de 2013

El Dubstep, lo "in" del momento


Siendo un graduado de la Universidad G Martell, pude observar durante mis años de estudiante -que infelizmente terminaron hace apenas unos meses- un fenómeno interesante. La popularización masiva de la música electrónica, particularmente el subgénero Dubstep.

Ya se fueron los días en que 90% del alumnado vestía de negro, usaba cabelleras a media espalda, tatuajes complejos y intricados hechos en estudios que parecen boutiques de arte y , en general, apariencia como si de guerreros enviados desde Asgard se tratase (o de Teteocan para la mayoría). Ahora se ven cabezas rapadas únicamente de un lado, expansiones en las orejas, ropa colorida y anteojos de armazón grueso, con o sin micas. No sólo un par de desubicados andan así. Parecería que todos los wannabe Skrillex del país se juntaron para inscribirse al mismo tiempo.

Ante tal fervor de la juventud defeña por el estilo en boga, me di la labor de investigar más al respecto. El resultado de mi peripecia, por no decir chocoaventura, dio resultados interesantes. Pero antes, un poco de contexto.

Los registros más antiguos de lo que se convertiría en el Dubstep moderno vienen de hace 15 años, en el sur de Londres. Su antecesor directo, el 2-step, era el término con el cual se referían a cualquier beat electrónico que no tuviera un bombo, o “kick”, en cada pulso y que el tempo fuera distinto a 4/4. En otras palabras,  el tiempo se marcaba con cualquier cosa que no fueran percusiones en un ritmo menos bailable.

A ese 2-step le agregaron elementos de Breakbeat (música de breakdance) y Drum n’ Bass. Lo anterior hizo que volviera a ser un ritmo más o menos bailable, pero con sonidos graves. Este nuevo estilo, entonces sin nombre, comenzó a ganar seguidores el en club Plastic People en Londres. En 2003, BBC Radio comenzó a transmitir algunas grabaciones, con lo que se acuñó el término “Dubstep”, o simplemente Dub, para diferenciarlo de su progenitor.

A partir de ahí, su crecimiento fue viral, con cada vez más gente solicitándolo en los antros, estaciones de radio y tiendas de discos (cuando todavía eran rentables). Eso atrajo a muchos DJs, acelerando y pronunciando su desarrollo.

En 2005, el club Forward>>, para entonces la meca del Dub, trajo al primer americano, DJ Joe Nice, a tocar, convirtiéndolo en el embajador del género de este lado del charco. Eso le dio notoriedad en el vecino del norte, y comenzó a tocar en antros de las principales ciudades. Esto tuvo como resultado que muchos más pinchadiscos se unieran a la revolución, y muchos otros incorporaron elementos del estilo en sus producciones “normales”.

Su cúspide fue alcanzada cuando artistas de géneros sin relación, como Britney Spears, el entonces llamado Snoop Dog, KoRn, Rihanna, Xzibit, entre otros, usaron samplers y sonidos del Dubstep en algunos de sus más recientes sencillos.

Actualmente, los DJs más populares asociados a dicho estilo son Skrillex, Excision, Vex’d, Magnetic Man, Caspa y Rusko. Incluso, la revista Forbes publicó que Skrillex fue, en el 2012, el segundo artista con mayores ganancias en la industria, atrás de Tiësto y delante de Swedish House Mafia. Esto demuestra la influencia que ha ganado este estilo recién llegado a la arena musical.

Hoy en día, el estilo es muy diferente al que era en sus orígenes. El resultado de una búsqueda en una estación de radio por internet arrojaría un sonido con una producción fuertemente enrollada, con líneas de bajo aplastantes, patrones reverberantes de percusión, uso extendido de samplers y ocasionalmente voz.

Aunque presumo de haber salido de la universidad pulido en mis gustos musicales, no niego que de vez en cuando me gusta escuchar cosas no complejas (entiéndase por eso, cualquier cosa que no sea jazz, fusión, progresivo, death técnico, etc.). Es por eso que mis advenimientos al mundo de la electrónica, especialmente el Dub han sido, como mínimo, gratificantes.

Al principio, fue un tanto difícil de digerir. Como si de el soundrtack de película independiente de ciencia ficción se tratase. Pero con un poco de práctica, puede surgir la capacidad de aprecio. Recomiendo a todos los interesados en escucharlo, que ni no logran disfrutarlo en un inicio, entonces le den un tiempo. O no.

Es difícil vaticinar cualquier futuro para este subgénero. Por un lado, está muy establecido dentro de la escena de la música electrónica. Por otro lado, si el pasado es un indicador de los sucesos a ocurrir, cualquier estilo que surge tan rápidamente, suele tener una muerte similar. Es por eso que me siento cómodo desde mi silla de espectador, sólo escuchando y viendo qué sucede.

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